martes, 31 de marzo de 2009

Autos HYUNDAI COUPÉ

Autos

La cuarta generación de uno de los coupés más vendido del mercado español, con más de 42.000 unidades en diez años, acaba de ponerse a la venta con un exterior levemente remozado y un acabado interior más logrado. Se trata del Hyundai Coupé.
Visualmente, las diferencias estéticas residen en sus nuevos faros delanteros, con las intermitencias en el mismo compartimiento, y en unas más amplias y novedosas tomas de ventilación en su frontal sobre el nuevo paragolpes.

Las llantas son también de nuevo diseño, además de las pequeñas aberturas donde van insertadas unas nuevas intermitencias laterales. En la zaga, los dos escapes cromados independientes y las nuevas ópticas es lo más llamativo.
El aspecto general de esta nueva generación es poco aparente, prácticamente no se notan los cambios, manteniendo el típico aspecto de un deportivo de cuatro plazas, en la que las dos traseras son bastante exiguas y prácticamente sólo sirven para transportar algún niño de poca edad.
Respecto a las plazas delanteras, son cómodas y envolventes, aunque los asientos tienen una posición demasiado elevada, con lo que la cabeza, tanto del conductor como del acompañante, está demasiado cerca del techo.
La postura de conducción es cómoda, los asientos sujetan bien el cuerpo en zonas de curvas, lugar en donde se disfruta notablemente con este vehículo. Un pero es la poca regulación en altura del volante, aspecto que impide logar una buena postura al volante.
Siguiendo por el interior, el cuadro de instrumentos es bastante completo, con una luminosidad azul algo desagradable. Además los relojes de información, en el centro del salpicadero, son difíciles de ver. Muy aparente y deportivo son los pedales metálicos, así como el acabado en metal de la consola central. Pero donde destaca este vehículo es en su comportamiento. Las suspensiones, mucho más rígidas en esta generación, permiten una conducción muy rápida en casi todo tipo de carreteras, llamando la atención su poderoso paso por curva. Cuando se le exige un rendimiento exagerado, la parte trasera tiende a desplazarse en el sentido de la curva.
En línea recta, la dirección es bastante acertada y muy precisa, así como el ágil manejo de la palanca de cambios. El motor utilizado en la prueba (2.0 gasolina) es suficiente, quedando siempre la posibilidad de adquirir el V6 2.7, aunque creemos que las prestaciones y consumos del propulsor de la prueba son bastante coherentes.
Los frenos y la caja de cambios de cinco marchas están acorde con la mecánica y suspensiones que llevamos. Un detalle muy práctico es la inclusión de serie del control de crucero.
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